Hace unos días atrás la ciudad de Garín se vio convulsionada por la trágica muerte de tres jóvenes de la ciudad, los mismos fueron inhumados en el cementerio local, rodeado de un profundo dolor y de muestras de mucho afecto hacia las víctimas.
El domingo 25 de noviembre ocurrió la tragedia donde desaparecieron los cuerpos de estos tres amigos, Marcelo, Tito y La Flaca, luego de una movida muy importante de parte del gremio de Smata, al que pertenecía Macelo Del Prado, que viajaron 40 personas de ese sector para presionar y que buscaran los cuerpos de las infortunadas víctimas.
Luego de un arduo trabajo, finalmente el miércoles a las 13 hs. se encontró el primer cuerpo, el de Marcelo, una hora después apareció el de Tito y a las 17 hs. se encontraron los restos de Adrián, La Flaca, luego los cuerpos fueron traídos a la ciudad para que sean despedidos por sus seres queridos.
El jueves fueron velados los restos en la Cocheria Paraná de la ciudad, donde fue incesante el desfile de personas, quienes se encontraban muy acongojados y resistiéndose a creer lo que estaba sucediendo.
Fue impresionante la cantidad de coronas que llegaron a la capilla ardiente, los cuerpos de los jóvenes fueron llevados al cementerio local a las 16 hs. del jueves, según se supo fue por un pedido expreso de las autoridades de le empresa Ford, ya que muchos de los operarios querían despedir los restos de su compañero, Marcelo, y así fue.
El cortejo partió desde la cocheria ubicada en Sulling y Belgrano, hasta 2 de Abril, Tomas Márquez, para detenerse a la altura de la calle Urquiza, donde se encuentra el domicilio y negocio de la familia Manrique, en ese lugar y a medida que el cortejo llegaba al barrio Los Tulipanes era incesante el saludo de los vecinos que se asomaban a despedir a sus vecinos, luego la caravana tomo por La Rioja hasta Lamberti y terminó frente al Cementerio donde los esperaba una multitud.
En estos casos, uno que quiere ser profesional y cubrir una nota de este tipo, no puede dejar de lado el sentimiento y compartir el dolor de estas personas, que expresaban su sentir, era muy fuerte ver a niños, jóvenes, adultos y abuelos llorar como niños y de la misma forma.
Como no dejar caer una lágrima, cuando a los gritos estas personas, decían el nombre de los jóvenes, diciendo presentes, y despedirlos con un cerrado aplauso, sentir el grito desgarrador de la esposa de Marcelo, ver a la madre de Tito como ida del lugar, seguro por los sedantes que le debieron colocar, como así también a la madre y hermana de Marcelo, como abstraerse de tanto dolor y de toda esta situación, imposible.
Pero lo que queda en claro es el enorme respeto y cariño que los vecinos sentían por estos chicos, en menor o mayor medida, pero nunca antes se había vivido algo parecido en la ciudad de Garín. Era impresionante ver la caravana que acompañaba al cortejo de mas de 10 cuadras de largo, también nos enteramos que hubo descontento con el servicio que presto la casa velatoria, ya que no contaba con un servicio de emergencia para asistir a las personas que se descomponían en el lugar.