Escrito por: Alberto: www.elgarinense.com 23 agosto 2012

Cuando Alberto me propuso participar en su periódico, muchas cosas se me ocurrieron y todas referidas a educación. Pero haciendo honor al corazón puesto por el Director, quisiera escribir o mejor recordar viejos tiempos en ésta hermosa Ciudad de Garín. Y aprovechar para que aquellos que lo lean, se animen a seguir contando anécdotas, lugares, personajes que han sido parte de nuestra historia.
Un Garín que siempre se caracterizó por su gente.
Para los que vivíamos lejos del “Pueblo”, venir al centro de la ciudad era todo un acontecimiento. Era un paseo importante.
Los corzos. ¿Quién puede recordarlos?, los autos cargados de chicos tirando espuma, los juegos de kermés: tirar las latas, pescar, tirar con el rifle de aire comprimido, los disfraces, “las mascaritas”. El parque de juegos mecánicos. ¿Se acuerdan?
Los circos en el campo de la Estación. Los desfiles en los aniversarios de la ciudad, los alumnos “impecables”, las chicas teníamos que ir con pollera, medias blancas o azules y el moño del pelo haciendo juego atado tan fuerte que parecíamos orientales. Las fiestas patronales, todos nos encontrábamos allí, con esos primos lejanos que no veíamos nunca. O alguna familia que vivía del otro lado de las vías…
La plaza Belgrano, llena de guardapolvos blancos por la noche, ya que íbamos todos a la única escuela secundaria que teníamos en la ciudad. Los Leones de la entrada dando la bienvenida. El 228 que nos llevaba a todos lados, la estación de trenes. El bar de Chiflo, de un lado de la estación, el bar “ El Canario” del otro lado. El único taxista para todos, Don Brusese. La pizzería de Daniel también era un lugar de encuentro, quizás un poco más familiar.
“El loco del Peine”. ¿Se acuerdan? Un pibe que era parte de la rutina para todos los que viajaban en tren. Seguramente nunca sabremos ni su nombre, será siempre “el loco del peine”. Un día dejó de estar en la estación, no se lo vio más, era joven todavía. Muchas cosas se dijeron: que murió, que lo internaron, que su familia se había ido… en realidad nunca supimos la verdad.
El doctor de todos, era pediatra, pero si les dolía algo a nuestros viejos también los atendía. El Dr., López, no importaba la hora, y si tenías o no con que pagarle, él siempre estaba.
Ya más grandes, Los bailes organizados por los chicos de la Media Nº 1. En la Sociedad de Fomento, (“La covacha”, “Lions”, “Hey” y no me acuerdo se la bautizaron con otro nombre) “Compani” en la calle Belgrano, donde hoy hay una librería. “Nicols” donde ahora funciona una papelera. Y los últimos “HIP HOP” en los locales de Daniel Álvarez.
¡¡ Qué épocas!! Qué lindo Garín, que lindo ese Garín.
Hoy ya no somos los mismos. Los que se fueron, los que nos quedamos, los que amamos nuestro pueblo.
Hoy tenemos un pueblo distinto, pero no por ello, mejor o peor, simplemente distinto. En el que los “viejos” y “los nuevos”, nos encontramos en supermercados, bares o ahora en el nuevo COTO, y no sabemos ni quiénes son, ni dónde viven, ni que les pasa. Pero seguramente, muchos, pensamos en que no es casualidad haber elegido este lugar para vivir. Y esos somos los que podremos construir un Garín que incluya a todos, y que a pesar de las “diferencias de clases” que marcan mínimos ciudadanos, sentimos el orgullo de decir, cuando nos preguntan: ¿Y ustedes de dónde son? Y nosotros respondemos orgullosamente:…” DE GARIN”.
Sigamos construyendo la historia de nuestro pueblo. Envíanos tus anécdotas, historias, personajes, lugares de nuestra ciudad que recuerdes y quieras compartir a la página de “EL GARINENSE”.

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