Escrito por: Alberto: www.elgarinense.com 21 junio 2013

Enséñame, oh Señor, tu caminos; caminaré yo en tu verdad... Te alabaré, oh señor Dios mío, con todo mi corazón... Porque tu misericordia es grande para conmigo, y has librado mi alma de las profundidades del Seol. Salmo 86:11-13 Enséñame tu camino La obediencia cristiana es una nueva vida a la que le agrada hacer la voluntad de Cristo, reconociendo toda la autoridad que Cristo tiene sobre ella. Señor, ¡líbranos de esta ligereza caracterizada por no tomar el tiempo y no hacer el esfuerzo de considerar tu voluntad en todas las situaciones! *** Si el creyente no se interesa en las cosas del Señor, si no vive de Él, no puede caminar en sus pisadas. *** El amor no es ciego ni débil. Sencillamente, al contrario de nuestro corazón natural, nunca se complace en descubrir el mal en otra persona y publicarlo. Tampoco guarda rencor. Cuando el mal aparece en su camino, se aflige, y en vez de exponerlo al oído de los que le rodean, busca una solución. Pero nunca lo trata con indiferencia. Soporta las consecuencias que le afectan personalmente, sin quejarse ni vengarse. En ningún caso se asociara al mal. El amor sirve, se humilla, toma voluntariamente el lugar más modesto para servir y decir, quiso tomar el lugar humilde: "el Hijo del hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos" (Marcos 10:45)

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