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- MOMENTO DE REFLEXION
Sed benignos... perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo Efesios 4:32 De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros. Colosenses 3:13 Perdonar lo imperdonable Sucedió en Grenoble (Francia), en un barrio pobre como empleado de un servicio social, yo llevaba comidas a personas anciana. Ciertos días mi listas incluyo un nuevo nombre: Lucia F. la primera persona a quien hablé de ella me miró sorprendida y exclamó: Ah, ¡pues es la santa! Otra me lo confirmó y precisó: -Ella perdono a su yerno. Por fin llegué a la casa de la señora Lucía. Hallé una señora digna y reservada, un poco tímida, como una sonrisa bondadosa. Intercambiamos unas palabras pero me volví sin saber nada más. Pero como tenía que volver cada día, poco a poco nos fuimos tomando confianza. Finalmente ella me habló del drama de su vida: ¡su yerno fue culpable del asesinato de su hija! Sin embargo ella lo perdonó, primero en su corazón y luego públicamente ante el tribunal. Pidió gracias para él. Esto se pudo y en el barrio le dieron el apodo de "la santa". ¿Donde había hallado la fuerza para perdonar perdonar? Se necesitaron varios meses de contacto diario para esclarecer el misterio. En una oportunidad, en Año Nuevo, le di un calendario bíblico. Entonces ella me explicó con emoción que era cristiana. Hacia años que leía la Biblia, pero como si estuviese aún prohibido, la leía a escondidas, de noche, con una pequeña lámpara. Este era, pues, su secreto: conocía a Jesucristo, quien Dios la perdonó y le dio la fuerza para perdonar lo que parecía imperdonable. Extraído de La Buena Semilla, 1166 PERROY (Suiza) Para consulta enviar email: advriv_13@hotmail.com
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