Escrito por: Alberto: www.elgarinense.com 02 octubre 2013

El Señor... es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento. 2 Pedro 3:9 Jesús le espera Jesús, cansado, estaba sentado junto al pozo de Jacob (Juan 4:6) en Sicar, ciudad de Samaría. En eso llegó una mujer con su cántaro a sacar agua. Era una samaritana despreciada, una mujer que vivía en el desorden moral. Ella no sabía que se hallaría ante Aquel que conocía toda su vida. Cuando llegó al pozo se extrañó de que un hombre judío le pidiera de beber. Jesús le dijo: "Si conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice: Dame de beber; tú le pedirías, y él te daría agua viva" (Juan 4:10). Esta respuesta despertó en ella la necesidad del agua que verdaderamente apacigua la sed. "Señor", dijo ella, "dame esa agua, para que no yo sed". ¿Le dio Jesús una lección de moral y le aconsejó cambiar primero de conducta? No, le dio a entender que conocía toda su historia y ganó su confianza. Entonces la mujer dejó su cántaro, volvió a la ciudad y olvidando su vergüenza, anunció a todos: "Venid, ved a un hombre que me ha dicho todo cuanto he hecho. ¿No será éste el Cristo?". Cualquiera que sea su nacionalidad y su estado pecaminoso, lo que usted necesita no es un agua "milagrosa" o la intercesión de los santos, sino conocer el don de Dios. Ese don es Jesús, el crucificado, el resucitado, el que "murió por nuestros pecados... y que resucitó al tercer día" (1 Corintios 15:3-4). Jesús, quien ha sido coronado de gloria y de honra en el cielo, es el único mediador entre Dios y los hombres. ¿Lo conoce usted?

- Copyright © 2014 EL GARINENSE - Powered by Blogger - Designed by CamiAnabelOk -