Escrito por: Alberto: www.elgarinense.com 09 marzo 2012

Como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron Romanos 5:12
Un gusano en el fruto
El primer hombre desobedeció al primer mandamiento, y con este hecho rompió su relación con Dios. El hombre quiere hacerse independiente de Dios; Posee cualidades, pero el mal esta en él, así como un gusano esta en un fruto sano: pasiones, codicia, ambiciones, violencia, corrupción...
A este pecador, ese hombre caído de su primer estado y que merece la muerte, ¿lo abandonara Dios? ¿Ejecutará, sin ninguna consideración, esa sentencia de muerte? ¡Oh, no! Dios no deja de amarnos y nos ofrece un recurso para sacarnos de ese eterno alejamiento de Él.
Primero, para establecer una nueva relación entre él y nosotros, Dios ofrece la salvación en Jesucristo, quien vino a asumir la condenación a causa del pecado de todos los que creen en Él. Cristo soportó el castigo que ellos merecían. Por lo tanto, Dios forma un nuevo vinculo con los creyentes basado en su justicia.
Luego otorga una nueva dignidad a esos creyentes. "Les dio potestad de ser hechos hijos de Dios" (Juan 1:12). En la familia de Dios sucede lo mismo que en una familia feliz: el padre ama a sus hijos y se goza al ver que buscan su compañía; para él es un placer escucharlos; se ocupa de ellos con amor.
Pero esto no es más que una débil imagen: es realidad, en la tierra nada es tan grande como los privilegios de la familia de Dios. Todo creyente los posee ahora y por la eternidad.
Extraído de La Buena Semilla, 1166 PERROY (Suiza)
Para consulta enviar email: advriv_13@hotmail.com

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