Escrito por: Alberto: www.elgarinense.com 03 abril 2012

Treinta años pasaron desde la guerra de Malvinas, y esta causa sigue siendo un estigma para la sociedad argentina, que aun se niega a abordarla en su integridad.

Quedan ardiendo en la memoria las imágenes de los veteranos de guerra, heridos, mutilados, con secuelas físicas y psíquicas, tirados en las esquinas mendigando, con una tarjeta del ministerio colgada al cuello que lo identificaba como combatiente y lo habilitaba a… ¡… Pedir limosna!

Los veteranos, la guerra y la Causa Malvinas en general, pasaron a ser una mueca horrible que todos preferíamos evitarnos, esquivar, esconder. Eso es la desmalvinización de la sociedad, que no fue un proceso vano, tenía un objetivo político: desactivar el sentimiento antimperialista, la mirada reprobadora del colonialismo inglés y la complicidad yanqui. Debíamos reinstalarnos en el mundo y para ello fue necesario desmalvinizar la sociedad, la política y la diplomacia.

La realidad actual parece caminar por otros senderos, es una de las grandes transformaciones establecidas por este gobierno, que decidió desandar el camino del destrato, y lo interesante es que la política actual sobre el tema, no se restringe a la simple remalvinización de la sociedad argentina.

En efecto, a la vista está, de quienes quieran ver, que la estrategia del Kirchnerismo sobre Malvinas impone un concepto político y diplomático mucho mas amplio que eso, no se trata solo de Malvinizar Argentina, se esta tratando de Latinoamericanizar Malvinas, transformarlas en una política común a todo el subcontinente, incluso países que nunca se hubiera pensado como Chile y la Colombia de las bases norteamericanas en su territorio. Este tal vez sea el mayor logro diplomático del país en mucho tiempo, extendió el alcance de su diplomacia mucho mas allá de las fronteras físicas el país, como quedó demostrado con la decisión del presidente peruano de impedir el ingreso de una fragata inglesa en mérito a la necesidad de honrar la decisión tomada por los países miembros de la UNASUR.

La oposición política del país ha tenido en este punto una dignidad que es necesario recalcar, no solo ha aprobado la formal “Declaración de Ushuaia” sino que en términos generales esta acompañando la posición del gobierno sobre este punto, en todos los foros, tanto los internos como los internacionales, no es poca cosa.

La causa Malvinas parece andar un camino casi inesperado por mucho de nosotros, no es para enloquecer de alegría, pero si reconocer el cambio cualitativo en la política exterior, ligado a la estratégica política internacional del Kirchnerismo, privilegiando las relaciones regionales y auspiciando la construcción de un sólido bloque regional.

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