CONTRASTE: CACEROLAS, .PUEBLO Y MEDIOS DE COMUNICACIÓN.
En Barrio Norte, Recoleta y otros lugares de la Zona Norte de la Capital Federal y algunas ciudades del Conurbano como San Isidro y Olivos, el jueves y viernes pasado, un grupo de ciudadanos libres hicieron escuchar los golpes de sus cacerolas.
En los años 70, el cacerolazo se hizo famoso cuando las señoras de la clase media en Chile protestaban contra el gobierno socialista de Salvador Allende. Así que lamentablemente para nosotros “no es un invento argentino”.
Pese a que las cacerolas vacías son utilizadas por las clases más acomodadas de una sociedad para protestar. La interpretación, que por lo menos a mí se me ocurre, es que hay una olla vacía y no hay con que llenarlas.
Traté de leer, mirar y escuchar distintos medios de comunicación para poder descifrar lo que estaba pasando. La mayoría de los reclamos, decían textualmente: - “ en este país no se puede más”, - “Se va a acabar la dictadura de los K”, -“Estoy en un país libre, quiero ahorrar en dólares”. – “Si se meten con el campo se meten con todos”. Y muchos insultos: “yegua”. “hdp” “mal nacida” “viudita de m…”, entre otros que no puedo escribir, a la investidura presidencial.
Escuchar a esas señoras de clase bien hablar de otra mujer de esa manera, tan despectiva, tan llena de odio. Realmente me permite preguntar: ¿ Será que el enojo pasa porque la Presidente tiene carteras que ellas quieren tener, utiliza vocabulario que le pertenece a “su clase social”, usa ropa que ellas quieren y encima se da el lujo de querer darle derechos a los que menos tienen?” A esos “NEGROS DE M…”.
Cada uno de esos ciudadanos y ciudadanas utilizaban el micrófono y las cámaras para exponer su problema individual. Endilgando al 54% de la población que voto por 4 años mas la presidencia de Cristina Kirchner, que solo la votaron porque son unos “negros de m…”, “planeros”, “Kukarachas”. Sin respetar en absoluto las instituciones democráticas. Con una intención destituyente y a solo 6 meses de iniciado el mandato presidencial. Más lejos de la memoria imposible. Parecería que no alcanza con lo que vivimos durante tantos años. Y no quiero pensar que son las mismas minorías que fueron a golpear los cuarteles en otras épocas, y ahora salen con sus cacerolas, intentando hacer lo mismo. Sin reconocer, que con aciertos o errores, no hay mejor sistema para un país libre que la democracia.
Pero los medios de comunicación se encargaron de que esos reclamos, esos insultos, llegaran a las casas de todos los argentinos.
Mientras tanto, en otro lugar hubo una pueblada que nadie mostró. La muerte por un sistema deficiente de salud, por precarización laboral, propia del pasado neoliberal y sus negociados, tuvo como víctima a una niña de 8 años en el Partido de Malvinas Argentinas. Ya habían sucedido muchos casos y todas esas familias salieron a la calle, acompañados por los vecinos, pobres de zapatillas y sin cacerolas. Esto había ocurrido simultáneamente, a l momento en que los medios mostraban a las señoras y señores de Barrio Norte, con sus cacerolas vacías. Realidad bastante alejada para ellos de no poder llenar esas ollas con comida o de necesitar de los servicios de salud pública, pero tenían cámaras y micrófonos a su disposición para apoyar a los patrones rurales que no querían pagar impuestos a sus tierras valuadas en más de un millón doscientos mil pesos o por no poder comprar dólares.
Conclusión: El problema de las minorías representativas de los que más tienen gana la atención de los medios. El pueblo y su dolor no.
Que quede claro, no está bueno silenciar a las minorías, pero tampoco esta bueno silenciar a las mayorías.
Los cómplices del modelo menemista y de la dictadura nefasta que sufrimos quieren imponer su agenda. Gracias a los avances tecnológicos y el acceso a las redes sociales, se pudo visualizar el problema en Malvinas Argentinas, y algunos medios masivos lo informaron durante el fin de semana. Por supuesto, aquellos medios que responden a otros intereses que no son los del pueblo, ni lo mencionaron. Entonces también corremos el riesgo de solo conocer una parte de la realidad. Confío, quiero confiar, que lo medios de comunicación independientes no seleccionan los reclamos dependiendo del color político de quienes están a cargo de la administración pública de ese lugar.
No es una crítica, es simplemente una visión de una ciudadana común, que trabaja todos los días, que trata de sumar y no de retar y que coincide con Don Jauretche cuando dice: “Ignoran que la multitud no odia, odian las minorías. Porque conquistar derechos provoca alegría, mientras que perder privilegios, provoca rencor”.
Será hora que el pueblo argentino, comience a tener conciencia colectiva y social. La única manera de hacer un país que nos incluya a todos.

Leticia Silva