LOS LAPICES SEGUIRAN ESCRIBIENDO

El 16 de septiembre se conmemora el DIA DE LOS DERECHOS DEL ESTUDIANTE SECUNDARIO. Fecha no casual, ya que se cumplen 36 años de la conocida Noche de los lápices.
Conocí esa historia mientras se hacía el Juicio a las Juntas y trate de aprender un poco mas allá de lo que muestra la película.
El placer de haber conocido a Emilce Moller, una sobreviviente y escuchar su relato, me permitió conocer un lado de la historia de estos diez pibes secuestrados que iba mas allá de hacer hincapié en la juventud de ellos, tenían entre 14 y 18 años. (Si bien podrían ponerlo de ejemplo ante tanta negativa para que voten a los 16).
Si, eran pibes jóvenes, eran unos niños, pero no Vivian en una burbuja.
Militantes de la UES y La Juventud Guevarista, llevaron la revolución en su corazón hasta el último día de sus vidas.
Militaban en las villas, alfabetizaban, ayudaban. Eran militantes sociales.
Una militancia que una generación entera, no tuvo en su mayoría. Porque el miedo y la desmemoria nos acallo.
Por eso, es más que necesario que la nueva generación, ésta generación de pibes emprendedores, nacidos y criados en democracia valoricen la importancia de comprometerse y tener conciencia colectiva. Única manera de lograr un país mejor para todos.

Comparto con ustedes un poema escrito por otro de los sobrevivientes de esa noche. Con el deseo que este 16 de septiembre en todas las escuelas, en las mesas familiares se converse sobre la necesidad de recordar, de honrar la MEMORIA, para que los derechos y la libertad recuperada NUNCA MÁS se pierdan.


Hoy

Me he quedado inmóvil observando en el recuerdo
El beso que se estrellaba en el muro.
Flor o acero. Ni ángel ni desángel.
Sólo la verdad desnuda.

La voz es un reclamo de amor y un instante duro.
Pero las manos no pierden el momento de tus manos.
¿Dónde estás, en qué tiempo, en qué mundo te encuentro?
¿Hasta dónde estiro la mirada para verte?

Si me dieras una señal, el próximo 31 de diciembre
Me llegaría hasta vos.
No creas que no te busco, no me olvido,
pues no hubo adiós; nos dijimos hasta luego.

Por favor, que las aguas del mar te traigan hasta mí.
O la soledad del otoño,
o las flores de la primavera.
Como quieras.

Pero no dejes de volver a lo que soñamos.
Si no es conmigo, ojalá que igual estés en paz.

¿Te acordáis?

Habíamos quedado en ir de vacaciones
o de juntarnos todos los chicos a tomar cerveza.
Pero estoy solo, ni vos ni ellos han vuelto.
Y yo camino mirando a ver si los encuentro.

Me junto con sus madres, padres, hermanos,
tíos, amigos,
y no sé qué decirles, ¿dónde están las palabras para ellos?

Todavía no he aprendido a no desafinar,
¿y las idas a las villas?
¿Qué es esto de sobreviviente? ¡Por favor!

Que algún día los encuentre.

Poema de Pablo Díaz, uno de los sobrevivientes de "La Noche de los Lápices". (Junio de 1985)
Dedicado a Claudia