Escrito por: Alberto: www.elgarinense.com 05 febrero 2014

¿Qué Dios como tú, que perdona la maldad?... Echará en lo profundo del mar todos nuestros pecados. Miqueas 7:18-19 La paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es la vida eterna en Cristo Jesús Señor Nuestro. Romanos 6:23 Las Profundidades del océano En su aldea Billy era conocido por su inclinación inmoderada hacia el alcohol. Cierto día oyó el Evangelio y recibió a Jesucristo como su salvador personal. Ahora, Liberado de la esclavitud del alcohol, no le avergüenza hablar de su felicidad a todo el mundo. Lee la Biblia como la carta que Dios envió a los hombres, y no deja de maravillarse. Un día se enteró de que el océano puede alcanzar profundidades hasta de once mil metros. Entonces exclamó: -Es maravilloso, la Escritura dice que Dios echó todos mis pecados en lo profundo del mar. ¡Es, pues, evidente que jamás se podrá volverlos a hallar, ya que el océano es tan profundo! Sí, Dios jamás se acordará de los pecados de quienes creyeron en el Señor Jesús, pues gracias a su obra en la cruz, son perdonados. Cuando acudimos a Jesús, a menudo experimentamos un gozo y una paz intensa. Luego pasan los años y quizá nos dejamos invadir por las preocupaciones, e incluso volvemos a hablar de faltas antiguas ya confesadas. Recordemos siempre que Jesús llevó todo el peso de nuestra culpabilidad. No debemos andar cargados a causa de nuestros pecados. Con una fe renovada, aceptemos el perdón de Dios. Entonces podremos exclamar con agradecimiento y gozo: "A ti (Dios mío) agradó librar mi vida de hoyo de corrupción; porque echaste tras tus espaldas todos mis pecados" (Isaías 38:17) Extraído de La Buena Semilla, 1166 PERROY (Suiza) Para consulta enviar email: advriv_13@hotmail.com

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